La terapia sexual consta de un conjunto de técnicas para intervenir cuando hay disfunciones (mal funcionamiento) en las conductas sexuales (por ejemplo la disfunción eréctil). Siempre y cuando el problema no tenga un origen físico o para complementar la intervención médica.
La sexualidad es un aspecto importante para todas las personas. Cuando no funciona como nos gustaría, nos genera mucha angustia y malestar, agravado en muchas ocasiones con sentimientos de culpa y vergüenza.
Los problemas sexuales tratados con terapia sexual tienen un alto porcentaje de resultados positivos (por encima del 90%). Los principales trastornos sexuales tienen que ver con la excitación, el deseo o el orgasmo.